La mente del asesino
Puede ser tu vecino, compañero de trabajo o ese chico que conoces
de la escuela que, de un día a otro, comete un crimen horrible. Un científico
de California lleva varias décadas estudiando el cerebro de los asesinos y,
tras mucho análisis, cree tener la respuesta.
El Doctor
James Fallon ha dedicado gran parte de su carrera a
desentrañar qué
esconde la mente de un sociópata mediante escáneres, pero
su respuesta se escondía dentro de su propio cerebro.
Conversando con su madre, Fallon se enteró que en su familia hubo varios asesinos, por lo que decidió examinar su cerebro, para buscar posibles causas genéticas y justo eso fue lo que encontró. Este investigador, descubrió que una de las regiones del cerebro encargada de la ética del comportamiento y control de impulsos tenía menor actividad que lo normal, algo que se repetía en los asesinos que llevaba estudiando por años.
Conversando con su madre, Fallon se enteró que en su familia hubo varios asesinos, por lo que decidió examinar su cerebro, para buscar posibles causas genéticas y justo eso fue lo que encontró. Este investigador, descubrió que una de las regiones del cerebro encargada de la ética del comportamiento y control de impulsos tenía menor actividad que lo normal, algo que se repetía en los asesinos que llevaba estudiando por años.
Para ir más allá, realizó un completo screen de
sus genes y detectó un variante agresiva del gen monoamina oxidasa A, también
conocido como gen
guerrero.
¿Nacido
para matar?
Quienes tienen el llamado Gen
guerrero no son asesinos por naturaleza, pero si tienen
una mayor predisición a protagonizar hechos violentos.
Este gen, se caracteriza por una mutación en la enzima monoamina
oxidasa A, que tiene como labor degradar la basura que dejan algunos
neurotransmisores como la serotonina y noradrenalina.
Las personas que poseen la mutación, tienen problemas para
degradar estos neurotransmisores, lo que
se traduce en reacciones precipitadas y exceso de ira.
El tener el “gen guerrero” no transforma a una persona en asesino
o psicópata, la gran mayoría de ellos lleva una vida totalmente normal, aunque
si están más expuestos a trastornos depresivos.
Nadie nace asesino, pero si se combinan una serie de circunstancias sumadas a una condición genética que puede devenir en un escaso control de impulsos, una persona tendría una mayor posibilidad de serlo.
Nadie nace asesino, pero si se combinan una serie de circunstancias sumadas a una condición genética que puede devenir en un escaso control de impulsos, una persona tendría una mayor posibilidad de serlo.
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